El Norte venció a San Martín y consiguió su primer Supercopa. En la tarde de ayer, ante un importante marco de público a pesar del mal clima reinante, se disputó en el estadio “Said Camal Atala”, hábitat natural del Club Atlético Huracán, la séptima edición de la Supercopa, que quedó en manos de Sportivo Norte.
El elenco que comanda la dupla técnica Fernando Gonzales-Gerardo Miguel, obtuvo este logro, tras imponerse a San Martín por 2 a 1.Comenzó ganando el encuentro el “celeste” de Alfonso Coria, mediante la conversión de Santiago Mercado, cuando transcurrían 36` de la primera etapa, que finalmente concluiría con este 1 a 0 parcial.
En el complemento, cuando iban 19’ de juego, San Martín tuvo la posibilidad de aumentar la diferencia, mediante un penal que le cometieron a Mercado y ejecutó Pablo Bornia, pero el mal remate del jugador permitió que Abod tapara el remate. Cuatro minutos más tarde, el recién ingresado Lucas Ortiz, le daba el empate al elenco norteño, ante el desconcierto de los simpatizantes “celestes”, algunos de ellos quizás, negados a pensar en el retorno de los fantasmas del pasado, cuando el “norte” dio vuelta el resultado, en la final del torneo anterior.
Cuando faltaban siete minutos para el final del partido, se iba expulsado Jonathan Salgado por doble amarilla en el Norte.Finalmente el tiempo de juego expiró y el colegiado Edgar Maineri, de pésima actuación, hacía sonar el silbato, tras el cual vendría el tiempo suplementario.
El primer tiempo del alargue, no trajo demasiadas novedades, pero en los primeros minutos del segundo tramo del alargue, el selectivo del “Parque Colón” se quedó con otro hombre menos por la expulsión de Juan Re. Posteriormente, San Martín tendría su primer expulsado, cuando el árbitro decidió mostrarle la tarjeta roja a Martín Montagna.De todos modos la mayor incidencia ocurrió sobre el epílogo del suplementario, cuando los temidos fantasmas del pasado se hicieron presentes y llegó el temido gol “norteño” a través de una desafortunada jugada para los dirigidos por Alfonso Coria, ya que increíblemente Stefano Vittorelli metería la pelota en contra de su propia valla, cuando intentaba despejarla.
Lo que siguió a continuación fue el pitazo final y el delirio de los simpatizantes “norteños”, por una estrella más. Aunque tristemente, no fue lo último de la tarde, porque lo que ocurrió después, fundamentalmente cerca del primer acceso, desde la cancha a zonas de vestuarios, fue lamentable. Golpes de puño y violencia sin control, incluso sobre el presidente de nuestra liga, que sufrió agresiones de todo tipo por parte de jugadores, colaboradores e hinchas.
También los trabajadores de prensa, pero sin pasar a mayores, fuimos víctima del descontento de aquellos que no entienden que el fútbol, solo es un espectáculo deportivo y no la guerra. A nosotros desde la tribuna local, hubo quién se nos dirigió a los gritos diciéndonos lo que teníamos que decir al aire. Un periodista de otro medio que estaba dentro del campo de juego, también fue increpado. Y hasta la peor parte se la llevó una fotógrafa, que recibió insultos degradantes por parte de un simpatizante local.
Cabe aclarar que afortunadamente, la mayoría de los hinchas tuvieron otra actitud, y se retiraron en paz, por los sitios determinados para su salida del estadio. Sin dudas esta Supercopa fue la peor que nos tocó presenciar, poco futbol, mal arbitraje y un escandaloso final.